Las Partículas Elementales

Michel Houellebeq

Autor: Michel Houellebecq

En Las partículas elementales, Michel Houllebecq nos invita a reflexionar sobre la cultura que surgió en la década de los 60s. El origen del cambio se puede situar en las revueltas estudiantiles que estallaron en la universidad de Columbia en el año 1968, se extendieron luego por otras universidades americanas y europeas, y culminaron con éxito en un movimiento revolucionario que cambió el mundo. En mayo de ese año, París era una ciudad tomada por los jóvenes quienes reclamaban una mayor apertura ideológica.

La píldora anticonceptiva se comercializa en la década de los 60s, descubrimiento que permite un cambio radical en las relaciones de pareja. Los jóvenes reivindican el amor libre, las mujeres presionan por una situación de igualdad en la casa y el trabajo. El hippismo es el movimiento que engloba esta postura exigiendo libertad en todas las esferas de la vida. El individualismo será la consecuencia de esta época.

Es en este contexto histórico en donde Houellebecq sitúa la infancia de sus protagonistas. Bruno y Michel son hermanos de madre, y dos seres humanos radicalmente distintos. La madre, Janine, decidió apostar por una vida libre de ataduras, sin aceptar trabas de ningún tipo. Para vivir sin límites, como ella deseaba, asumir el compromiso de la maternidad resultaba imposible. Los hijos exigen que se les dedique tiempo y espacio, a veces en detrimento de uno mismo. Hay que establecer prioridades, y eso a Janine le pareció intolerable. Es en este ambiente en donde crecen Bruno y Michel.

REPASO A LA SEGUNDA DECADA DEL XX

Los elementos que forman parte de la cultura de estos años aparecen en el relato minuciosamente registrados, uno tras otro, contribuyendo a crear el escenario en donde se mueven los hermanos.Veamos cuáles son estos elementos:

– La juventud como un ideal: el hippismo aplaudió a la juventud como si ser joven fuera un valor en sí mismo, por lo tanto no habían jóvenes buenos y malos, habían jóvenes y solamente por serlo, eran buenos:

“… una generación que había proclamado la superioridad de la juventud sobre la edad madura- la primera generación que lo había hecho hasta ese extremo-…”. (pág. 107).

– El amor libre como una conquista.

– La incomunicación entre padres e hijos, situación que viven los hermanos en carne propia y que los deja tan marcados que luego lo repiten con sus hijos: Bruno no se comunica con sus padres y tampoco es capaz de hacerlo con su hijo.

– La T.V. como una actividad escapista y embrutecedora. El hijo de Bruno “veía la televisión quince horas al día”. (pág. 167).

– La propaganda por correo que invade el mundo doméstico ofreciendo todo tipo de bienes de consumo.

– El feminismo que reclama para la mujer igualdad de oportunidades y derechos.

– Las comidas preparadas: el fin de las comidas alrededor de una mesa, el tiempo pasado en familia.

– El hombre en la luna. Los avances científicos y tecnológicos nos llevan más lejos de lo que hubiéramos imaginado.

– Los ritos satánicos y nuevos ídolos como Mick Jagger que simbolizan las fuerzas diabólicas.

– El nudismo y las playas naturistas. La imitación de la naturaleza para acercar al hombre a lo primitivo.

– El teléfono erótico y las películas porno como parte de la oferta del mercado del sexo.

– La cirugía estética: la elección del rostro o cuerpo que uno sueña para sí mismo rechazando el modelo original. Los cuerpos han de ser bellos, los penes se pueden alargar a gusto del cliente.

– El aborto como un derecho.

– La obesidad como una consecuencia de la mala alimentación o la falta de cariño.

– Las clínicas psiquiátricas.

– Las discotecas de parejas en donde el sexo es implícito y público.

– Los snuff movies: todo vale, incluso la crueldad, en el mundo de la creatividad y el comercio.

– La depresión como un estado común y recurrente del hombre moderno.

– El suicidio: que es la primera causa de muerte violenta en Europa.

– Los objetos se definen por su valor monetario:

“Michel sacó del bolsillo una cámara de fotos Canon Prima Mini (zooom de 38- 105 mm, 1,290 francos en la FNAC).” (pág. 259).

– El cáncer, enfermedad de moda.

– La clonación, avance de la ciencia que causa una revolución genética.

– La New Age como reacción al hippismo.

REFLEXION SOBRE LAS CONSECUENCIAS DEL INDIVIDUALISMO

Bruno y Michel son producto del individualismo de sus padres. Los abuelos de Michel eran campesinos, gente esforzada, trabajadora, conciente de sus roles y dispuestos al sacrificio y la lucha: emigran si es necesario, creen en cosas y valores. Sin embargo, sus hijos, Janine y Marc, son incapaces de crear una familia. Janine y Marc tienen mejor educación que sus padres, a más educación más oportunidades para desarrollarse y tener una mejor calidad de vida, pero, ¿qué sucede, en realidad? El exceso de libertad les permite, por un lado, formarse con amplitud; pero por el otro, los convierte en seres egoístas centrados en sus propios intereses:

“Los fastidiosos cuidados que reclama un niño pronto les parecieron a la pareja poco compatibles con su ideal de libertad personal, y en 1958, de común acuerdo, mandaron a Bruno con sus abuelos maternos a Argel”. (pág. 29).

Janine, a pesar de su experiencia con Bruno vuelve a ser madre. El segundo hijo será Michel. A él también lo rechaza:

“Desde ese dia, Michel vivió con su abuela, que se había jubilado en Yonne, su región natal. Poco después su madre se fue a vivir a la comunidad de Di Meola en California. Michel no volvió a verla hasta los quince años. Tampoco volvió a ver mucho a su padre. En 1964, éste se fue a hacer un reportaje sobre el Tíbet…”. (pág. 32).

Janine es un personaje nefasto, una madre que renuncia a su maternidad, no asume responsabilidades, sólo piensa en su placer. Se busca a sí misma en las comunidades hippies, experimentando novedades de manera compulsiva. Sus maridos se desentienden también de los hijos poniendo por encima sus intereses personales. Este abandono es clave en los hermanos, y genera en ellos una desadaptación al mundo.

Para comenzar, el desarrollo de su sexualidad es extrema: Michel y Anabelle se aman sin tocarse, situación anómala; y Bruno en cambio necesita tocar en exceso a sus compañeras (Carolina Yessayan) luego a sus alumnas, y a sus amigas. Los dos tienen posturas extremas, por eso no encuentran armonía. Anabelle se cansará de Michel y se irá con otro, y Bruno es continuamente rechazado y humillado por las mujeres.

Mientras Michel no desea, o mejor dicho ha bloqueado de tal forma su deseo que no lo reconoce, Bruno no puede satisfacerlo. El mundo femenino parece rechazarlo porque en una sociedad como la suya la cultura erótica rechaza a un obeso. Su frustración es muy grande:

“Desde la primera vez que estuvo en casa de su madre, Bruno se dio cuenta de que los hippies nunca lo aceptarían; él no era ni sería nunca un animal hermoso”. (pág. 62).

Su madre lo despierta al mundo de la sexualidad, lo despierta y perturba, porque no son estos juegos normales entre madre e hijo. Sin embargo, no le enseña a adecuarse al mundo para funcionar en él, tarea que sí le corresponde como madre. Luego de esta experiencia, Bruno se inició con una chica gorda, otro animal no hermoso y por lo tanto la candidata perfecta para él, y esta aventura es una experiencia triste, decepcionante.

Michel, que parece frío, insensible e indiferente, es capaz de amar a su abuela. Esta mujer es lo opuesto al individualismo de sus padres, y gracias a su generosidad, hace de Michel un hombre bueno y productivo. Houellebecq la describe de esta manera:

“En la historia siempre han existido seres humanos así. Seres humanos que trabajaron toda su vida, y que trabajaron mucho, sólo por amor y entrega; que dieron literalmente su vida a los demás con un espíritu de amor y entrega; que sin embargo no lo consideraban un sacrificio; que en realidad no concebían otro modo de vida más que el de dar su vida a los demás con un espíritu de entrega y de amor. En la práctica, estos seres humanos casi siempre han sido mujeres”. (pág. 92).

Amar a su madre era difícil, pero no amar a una mujer como su abuela era imposible. Por eso, cuando muere, aparece otro Michel:

“Michel estaba doblado sobre sí mismo a los pies de la cama. Tenía los ojos ligeramente fuera de las órbitas. Su cara no reflejaba nada parecido a la pena ni a ningún otro sentimiento. La invadía un miserable terror animal”. (pág. 94).

El deseo sexual y el deseo por el conocimiento no son excluyentes en la vida del ser humano, al contrario, son complementarios. Pero en Bruno y Michel se dan de manera excluyente: Bruno sólo siente la llamada del sexo, y Michel sólo siente la llamada del intelecto.

Los hermanos fueron criados por sus abuelas paternas y se desarrollan en sentido opuesto. Esto se observa, por ejemplo, cuando de niño Michel observa el comportamiento de los animales y extrae terribles conclusiones:

“Michel temblaba indignado y sentía que se formaba en su interior otra convicción inquebrantable: en conjunto, la naturaleza salvaje era una porquería repugnante; en conjunto, la naturaleza salvaje justificaba una destrucción total, un holocausto universal; y la misión del hombre sobre la tierra era, probablemente, ser el artífice de ese holocausto”. (pág. 38).

Mientras tanto, Bruno sufre en carne propia el lado salvaje del ser humano. El comprueba desde pequeño, con horror, la similitud del hombre con las fieras. Prueba de ello es el capítulo “Animal Omega”, en donde se narran las atrocidades que sufre en el colegio en manos de los compañeros más abusivos, niños que se comportan como animales en una manada.

Si intentamos evaluar la vida afectiva de los dos, veremos que Bruno, a pesar de haber encontrado en Cristianne la pareja que tanto buscaba, no es capaz de amarla. Cuando sufre el accidente, Bruno la abandona. No puede asumir la invalidez, no consigue adaptarse a la imagen de una Cristianne enferma, en silla de ruedas. Ella se suicida cuando se ve abandonada, y él termina en un psiquiátrico. Bruno no conoce el amor, sólo sabe de sexo.

Michel es distante, inexpresivo, y carece de un lenguaje afectivo, sin embargo acompaña a Anabelle hasta su muerte. Cuando ella se enferma él la cuida con dedicación y cariño, y pospone su partida a Irlanda, el sueño de su vida, por estar con ella. También acepta darle un hijo, a pesar de no desearlo, porque ella se lo pide. Michel lo hace exclusivamente para darle gusto, quiere verla feliz. Este hermano es parco, pero ama a Anabelle.

Janine y sus dos maridos no sembraron cosas buenas, buscaron exclusivamente su propio placer. Como consecuencia de ese egoísmo, Bruno es un personaje patético e infeliz. Michel, que también parece serlo (porque no es vital y es un desadaptado), se redime gracias a la formación que recibió de su abuela. Michel es un personaje que florece. Se dedica a trabajar al servicio de la humanidad e intenta “mejorar” a la especie humana.

Creo que a pesar de que los dos hermanos son personajes extremos que no conocen el término medio, resultan creíbles. Houellebecq construye a sus personajes con coherencia, cuidando los detalles para que funcionen como seres de carne y hueso. Nos gusten o no nos gusten, en ningún momento parecen caricaturas.

EL PAPEL DE LA CIENCIA EN LA CONSTRUCCION DEL FUTURO

Hay un mensaje en esta novela que está contenido en el proyecto de Michel. El es un investigador, su terreno es la biología molecular, y escribe una teoría genética que será la revolución de nuestra época, revolución que implicará una mutación del ser humano.

Michel considera que han habido dos grandes mutaciones metafísicas en la historia del hombre: la aparición del cristianismo y luego la aparición de la ciencia moderna. La tercera, la que él plantea, será una mutación física:

“Las consecuencias prácticas, por supuesto, eran vertiginosas: cualquier código genético, no importa su complejidad, podía reescribirse en forma Standard, estructuralmente estable, inaccesible a las perturbaciones y a las mutaciones. Cualquier célula podía estar dotada de una capacidad infinita de duplicaciones sucesivas. Cualquier especie animal, por evolucionada que estuviese, podía transformarse en una especie emparentada, reproducible mediante clonación, e inmortal… la humanidad debía dar nacimiento a una nueva especie, asexuada e inmortal, que habría superado la individualidad, la separación y el devenir”. (pág. 312).

Michel desaparece en Irlanda, no se sabe cómo pero se sospecha que se suicidó en el año 2009, por lo tanto será su discípulo quien se encarga de publicar su teoría alertando a la humanidad.

¿Cuáles serían los avances de esta tercera mutación? Dado que el deseo sexual limita al hombre porque lo esclaviza, como es el caso de Bruno, la clonación elimina esa limitación y convierte la reproducción en algo aséptico. No volverán a nacer niños como Bruno y Michel, no deseados por sus padres, fruto de sus devaneos sexuales.

Los conceptos de libertad individual, dignidad humana y progreso, que ocupan un lugar central en la época materialista que precede a esta revolución, resultan excluidos con esta propuesta:

“… la mutación (que) restauraría de una forma creíble el sentido de la colectividad, de la permanencia y de lo sagrado”. (pág. 317-8).

Sin embargo, acabar con la sexualidad como impulso de la reproducción no es acabar con el placer sexual, señala Michel en su teoría, se trata de buscar “sensaciones eróticas nuevas e inauditas”. (pág. 316).

En 1929 nace el primer bebé según el modelo de Michel. En el 2079 sólo quedan algunos vestigios de la antigua raza humana tal cual la conocemos. Este hombre nuevo, que lo ha reemplazado, habrá superado “el egoísmo, la crueldad y la ira”.

La propuesta de la novela responde a la necesidad de hacer algo para evitar que nazcan hijos de madres como Janine. Es demasiado doloroso ser hijo de una mujer como ella. Michel elabora su tesis para proteger a la humanidad de aquello que a él le tocó. Esa es la crítica del otro Michel, Michel Houellebecq: la generación que apostó por la individualidad y la libertad se enfermó, porque no supo, o no pudo, o no quiso dar amor. Los niños se deforman cuando crecen sin afecto: son como Bruno, víctimas de un deseo exacerbado que no pueden satisfacer; o lo inhiben, como Michel, que no lo reconoce ni lo disfruta.

Hay en Las partículas elementales una postura moral: debemos reaccionar contra los excesos del individualismo. El amor es lo único valioso, lo único productivo. La ciencia ofrece la salida, ayuda a reparar la falta ya que con la clonación desaparece la relación filial madre- hijo.

Obviamente estamos ante una novela, no un trabajo científico, por lo tanto interesa la propuesta como una metáfora.

CIENCIA FICCION

La novela comienza con un prólogo, en donde se introducen las bases de la teoría de Michel. Lo que el lector no puede captar cuando lo lee es que el prólogo está escrito en el futuro, después de la 3ª. mutación, y que habla de Michel muerto. Si Michel muere en el 2009 y la novela la escribe Houellebecq en 1998, obviamente estamos en el terreno de la ciencia ficción.

La segunda escena, escrita con letras cursivas, corresponde a la utopía hecha realidad, al nuevo hombre. Pero en una primera lectura tampoco podemos comprender la situación que se plantea. Simplemente, el lector ignora lo que sucede y sigue adelante para descubrirlo.

En el capítulo primero, el narrador regresa al pasado para contar desde el principio la historia. Pero ese pasado que narra, es nuestro presente. El juego formal queda explícito en este párrafo:

“… la vida agrícola y pastoril… Es una vida que desapareció hace tiempo de nuestras regiones, y cuyo análisis exhaustivo sólo ofrece, por lo tanto, un interés limitado; de vez en cuando, algunos ecologistas radicales manifiestan una nostalgia incomprensible por ella; sin embargo voy a ofrecer, para ser completo, una breve descripción sintética de este tipo de vida: uno tiene naturaleza y aire puro, cultiva algunas parcelas (cuyo número está fijado con precisión por un estricto sistema de herencias), de vez en cuando abate un jabalí, folla como un loco, especialmente con su mujer, que da a luz hijos, educa a los susodichos hijos para que ocupen su lugar en el mismo ecosistema; se pone enfermo, y se acabó”. (pág. 25).

Es obvio que a estas alturas nos damos cuenta de que está hablando de nuestra época como si hubiera sido aniquilada, incluso el uso de cursivas para referirse a los hijos como algo que fue parte del pasado, porque en el presente de la novela ya no se tienen hijos, los seres se clonan en laboratorio.

Cuando al final de la novela, habla el nuevo hombre (en letra cursiva, como al principio) el lector puede, finalmente, colocar todo en su lugar.

¿Por qué elige Houellebecq la ciencia ficción? ¿Es un juego, una adivinanza, una propuesta, una apuesta? Creo que él necesita libertad temporal y espacial para proyectarse en el futuro, porque lo que propone, a través de Michel, es un sueño por venir.

Pienso que el autor se identifica con los dos hermanos: uno es su lado positivo, otro su lado negativo. Ambos personajes tienen experiencias vitales similares a Houellebecq, quien se crió con su abuela paterna a quien estuvo muy unido, fue a un internado en donde sufrió abusos de sus compañeros, pasó por clínicas psiquiátricas, etc. Ante el sufrimiento, busca una respuesta que elimine el dolor, y así surge la teoría de la mutación genética. Es una novela osada y al mismo tiempo elaborada: todo lo que dice Michel está probado científicamente. Houellebecq es un novelista serio. A pesar de describir escenas fuertes (me refiero a la vida libertina de Bruno), tiene una postura moralista: denuncia los excesos de una manera brutal y proyecta un nuevo modelo, más puro:

“El amor une, y une para siempre. La práctica del bien es una unión, la práctica del mal una desunión. El otro nombre del mal es separación; y aún hay otro más, mentira. Sólo existe un entrelazamiento magnífico, recíproco e inmenso”. (pág. 307).

Los textos pertenecen a la 2ª. Edicion en español de Anagrama, 1999. Traducción de Encarna Castejón